15 de marzo de 1657 - CONCEPCION
Concepción tenía alrededor de 2000 habitantes y era la única plaza fuerte en la frontera india.
Alrededor de las 7 y media de la tarde de ese día, comenzó a temblar la tierra con violencia por algunos minutos, achando al suelo toda edificación de la ciudad, mientras la gente lanzaba alaridos de espanto. Como a las diez de la noche, la tierra se aquietó.
Siguió un tsunami de proporciones. Los daños del sismo, se extendieron hasta Chillán donde la única iglesia fue reducida a ruinas.
Eran las 19:30 horas, un violento terremoto afectó la zona comprendida entre los ríos Maule a Cautín.
El movimiento derribó todas las edificaciones de Concepción.
Dos horas más tarde, la mar comenzó a retirarse más allá de la línea de playa y luego una enorme ola se vino encima de la ciudad arrastrando las ruinas. Se sucedieron dos olas más.
Luego de la catástrofe, un barco que se encontraba en la bahía, apareció varado en la plaza de armas de Penco y numerosos muebles y otros artefactos de los habitantes de la ciudad, aparecieron en la Isla Santa María.
FUENTE: Web Univ. de Concepción - Textos: Jorge Quezada Flory

15 de marzo de 1657 - CONCEPCION
Diez años después, al flamante gobernador Porter Casanate, como si no le hubiera bastado para su desgracia con la aparición de un caudillo enemigo de genio militar como era el mestizo Alejo, tuvo que afrontar la calamidad de un terremoto sobre la arruinada comarca de Concepción.
A las siete y media de la tarde del 15 de mayo de 1657 un espantoso remezón derribó los templos y las casas de la ciudad de Concepción, aplastando a muchos de sus habitantes y poco después una ola gigante, que alcanzó hasta la plaza, arrasó con los muros agrietados que el temblor dejó en pié.
El maremoto se repitió dos veces más, en medio de fuertes remezones que sucedían con cortos intervalos. El número de muertos fue de poco más de cuarenta personas; pero la población entera quedó sin techo y sin víveres a entradas del invierno y los vecinos, que ya habían sido arruinados por la destrucción de sus haciendas por los indios, al perder sus ropas, sus muebles, sus víveres y cuanto poseían, quedaron reducidos a la última miseria.
FUENTE CONSULTADA: Prensa y Diccionario Histórico de Chile
de los autores Srs. Fuentes, Cortes y Castillo, publicado por Las Ultimas Noticias de Santiago